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martes, 9 de junio de 2009

Invitados especiales

Muchas veces el elenco del Show se viste de gala con algun protagonista de esos importantes que van por el mundo sin mostrar su arte. Al fin el fotografo catalán Ignasi Verneda, se animó a mandarme uno de sus escritos el cual quiero compartir con ustedes jumto con uma mustra de la captura de su lente

Un abrazo Katt

Esos Árboles Presumidos.


Hace ya algunos días que estalló la Primavera en esa Europa que presume de tener las cuatro estaciones del año claramente diferenciadas.

En los campos parece que se hayan desplegado multitud de alfombras verdes con bordados en amarillo, azul, blanco y rojo, a los que la luz del sol que los ilumina lateralmente les da un brillo especial.

Junto a los caminos y veredas, los tulipanes salvajes empiezan a desplegar sus llamativas tulipas en tonos amarillos, blancos, naranja, rojos, a la vera de los árboles.

El olor a vida viene a sustituir ese otro olor a triste humedad que nos acompañó durante las cortas jornadas del frío y largo invierno.

Primavera a la que los pájaros, con sus trinos y vuelos juguetones, le dan su particular bienvenida.

Y junto a todo ello, les llega una nueva vida a los árboles de hoja caduca.

Los árboles, coquetos ellos, parece que nos hagan un guiño. Algunos con sus llamativas flores, otros con sus verdes hojas que empiezan a despuntar.

Esos árboles que me hacen pensar en su vida anual y cambiante.

Dentro de unos días sus flores habrán desaparecido, y sus hojas ocultarán los ahora casi desnudos múltiples brazos.

En pocas semanas tomarán un color verde intenso y recuperarán toda su altivez. Durante un largo verano se convertirán en seres orgullosos, superiores, tal fueran caballeros enfundados en una poderosa armadura.

Durante días, semanas, esos caballeros altos y desafiantes, serán los primeros en saludar al sol cada mañana, en recibir sus primeros rayos diarios, y cuando el viento sople lo aprovecharán para convertirlo en música con sus hojas.

Y como todo gran señor que se precie, prestarán su ayuda al necesitado.

Cuando los rayos del sol ofrezcan su máxima fuerza, en esas primeras y calurosas horas de la tarde estival en las que cantan las cigarras, permitirán que los pájaros se refugien entre sus ramas y que otros animales y los humanos descansen a sus pies y se protejan del calor aprovechando la sombra que esos caballeros ofrecen y el ligero frescor que producen el movimiento de sus hojas .

Desafiantes, orgullosos, generosos…, por unos meses, sin darse cuenta de que se acerca el otoño.

Con el otoño, las bajadas de las temperaturas y las lluvias, les hacen perder su orgullo, pero ellos siguen queriendo llamar nuestra atención y se visten de amarillos, ocres, marrones, rojos pálidos. Con esos colores sus hojas ganan en colorido pero pierden la fuerza. No podrán resistir ni al agua ni al viento.
En algunas semanas, poco a poco, irán desapareciendo una a una.

El invierno los encontrará ya completamente desnudos y para tapar sus vergüenzas, se vestirán con colores grisáceos, oscuros, para intentar camuflarse, para pasar desapercibidos.

No quieren que les vean así, aunque intentarán aprovechar la blanca nieve y el hielo que se pose en su esqueleto para atraer nuestra atención y el reflejo de los rayos del sol mientras esperan el milagro de una nueva primavera.

Esos árboles, árboles presumidos.

Ignasi Verneda
21 de abril de 2009, sobrevolando la estepa de Mongolia.

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